Lunes, 9 de noviembre del 2015 – Cheste
“Puede que para ustedes sea difícil comprender lo que significan para nosotros estos médicos. No son unos doctores cualquiera. ¡Son ¡nuestros ángeles de la guarda! Usted no puede imaginarse lo que significa para nosotros que, cuando suframos un accidente, lleguen veloces, al segundo, a la curva y nos intenten sanar allí mismo. Nos conocen. Saben quiénes somos. Y ya ni les cuento cuando uno regresa a la vida y, tras tres días en coma, sedado, sin saber si vivirás o morirás, te despiertas y la primera cara que ves es la de un amigo, la de alguien que te quiere, la de tu médico, el doctor Michele Zasa. Disfrutar de esa mirada es la mejor forma de volver a la vida, de sentirte vivo”.
Alex de Angelis, piloto sanmarinense de 31 años, estuvo muerto algunos segundos hace cinco semanas en Motegi (Japón). Y lo salvó Zasa, responsable de la Clínica Móvil del Mundial. Pero antes tuvo que insuflarle vida el Dorna Medical Team, liderado por los doctores catalanes Ángel Charte y Xavier Mir, que acudieron con el ‘Omega-2’, un voluminoso BMW equipado con todo lo necesario para mantener vivo a un piloto. De Angelis lo sabe, por eso lo cuenta. “Cuando llegamos estaba inconsciente y, sí, claro que temimos por su vida”, relata Charte. “Alex estaba pálido, vidriático y, justo cuando iniciamos la estimulación para ponerle el collarín, ¡zas!, se agitó, se despertó pero, como le faltaba riego sanguíneo, se agotaba, se apagaba. Pero, como estos chicos son de acero, remontó con la suficiente fuerza, que nos ofreció la oportunidad de estabilizarlo, monitorizarlo y, aunque con frecuencia cardiaca justita, pudimos meterlo estable, controlado, en la ambulancia. Y de ahí al helicóptero que lo trasladó al hospital”.
En manos de amigos
Cuando Zasa piensa en De Angelis piensa, cómo no, en la muerte de Marco Simoncelli hace cuatro años. Entonces no existía el Dorna Medical Team de intervención inmediata. “Cuando Carmelo Ezpeleta nos vino a buscar al Institut Dexeus tras aquella desgracia –relata emocionado Charte–, lo primero que nos preguntó fue si seríamos capaces de, con medios, mantener vivo a un piloto hasta que llegara a un hospital. Nosotros le dijimos que ¡por supuesto! siempre y cuando la cabeza no estuviese separada del tronco. Suena duro, sí, pero es así. Y ahí nació esta unidad de intervención inmediata, dotada de todo lo necesario para provocar, si es necesario, un coma inducido, entubar al paciencia y que llegue vivo y en condiciones de recuperarse al hospital. Luego, claro, si las lesiones son gravísimas, tal vez no podamos hacer nada por él”.
La Clínica Móvil, creada hace más de 40 años por Claudio Costa, contó desde el 77 con su propia unidad móvil y, a partir de ahí, es quien coordina la asistencia que presta en pista el equipo de Charte y la atención de las clínicas de cada circuito. Como explica De Angelis, cada vez más feliz y sonriente, cada vez “más loco por volver a correr”, una cosa es salvarte la vida y otra ayudar a recuperarte. Y, también en eso, la Clínica Móvil, financiada ahora por Dorna y una pequeña aportación de los pilotos, se cuida de todo. Zasa y los suyos igual le ponen una tirita a un mecánico de Marc Márquez que siguen, al minuto, la recuperación de De Angelis.
“Y pensar que todo esto empezó con unos locos, encabezados por Costa, que iban a los circuitos, sacándose horas de su trabajo, para asistir a unos pilotos que, sin ellos, no tenían quién los atendiera en la pista”, cuenta Zasa, que recuerda que uno de esos ayudantes de Costa fue mordido por dos perros, que dos policías les habían lanzado al ver que el galeno acudía, en un circuito del Este, en 1974, en auxilio de un piloto que se había estrellado contra las balas de paja de ese inhóspito trazado.
Cosa de pioneros. Por eso estos chicos se arriesgan a correr a 350 km/h. Porque tienen sus propios ángeles de la guarda. Amigos.
El Periódico – Los ángeles de la Guarda
http://www.elperiodico.com/es/noticias/motogp/angeles-guarda-pilotos-mundial-motos-4653425
Tags : Alex de Angelis, Angeles de la Guarda, Clinica Mobile, El Periódico, medicos, Simoncelli, zasa